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  • La intermediaci n financiera bancaria en el mbito internacio

    2018-10-26

    La intermediación financiera bancaria en el ámbito internacional constituye otro aspecto clave para evaluar en qué medida se encuentra amenazada la supremacía del dólar. El cuadro 3 captura, para un conjunto de años seleccionados (2001, 2008 y 2015), la evolución de la participación de las diferentes monedas en el mercado internacional de préstamos y de depósitos bancarios. El dominio que el dólar estadounidense ejerce en este mercado resulta bastante claro, tanto en materia de activos (o préstamos) bancarios como en materia de pasivos (o depósitos) bancarios. Después de haber perdido participación entre 2001 y 2008 en materia de préstamos y depósitos bancarios internacionales, el dólar estadounidense se recuperó en gran medida entre 2008 y 2015. De hecho, en el 2015, 48.83% de los créditos internacionales y 55.54% de los depósitos internacionales realizados a través del sistema bancario estaban denominados en dólares estadounidenses. El euro, por su parte, aunque logró avanzar en sus primeros años de vida (2001-2008), para 2015 reporta una participación notablemente inferior a la de 2008. De esta manera, en 2015, solamente 29.83% de los préstamos bancarios internacionales y 25.35% de los depósitos se encuentran denominados en euros. Tres conclusiones adicionales se desprenden del cuadro 3: 1) En el 2015, la libra esterlina ocupa el tercer lugar, en tanto que el yen japonés y el franco suizo ocupan la cuarta y quinta posición, respectivamente, 2) En el período que nos ocupa (2001-2015), la libra esterlina perdió menos terreno que el yen japonés, y 3) El “resto de las monedas” ha venido ganando consistentemente terreno en la intermediación financiera realizada por los bancos en el ámbito internacional. El peso relativo del dólar, el euro y otras monedas en el mercado “internacional” de instrumentos de deuda a corto plazo, se puede medir con PR-619 en la prevalencia de cada unidad monetaria en la circulación internacional de papel comercial y otros instrumentos del mercado de dinero. A este respecto, se tiene que en junio de 2015 el dólar estadounidense tuvo 40.85% de participación, frente a 34.28% del euro y 17.64% de la libra esterlina. Hay que añadir, asimismo, que las tendencias en este mercado favorecen al dólar, puesto que su participación porcentual creció de 29.01 en diciembre de 2008 a 40.85 en junio de 2015. En el caso del euro, se observa exactamente lo inverso, dado que su participación cayó de 47.09 a 34.28% en el período referido. En el mercado internacional de instrumentos de deuda a largo plazo, que comprende tanto a los bonos como a las notas con plazo de vencimiento mayor a un año, en junio de 2015 el dólar aparece con 42.66% de participación, el euro con 39.15%, y la libra con 9.62%. Además de que el dólar figura en 2015 con una pequeña delantera, las tendencias le favorecen claramente. Esto en virtud de que, de 2008 a photoperiodism 2015, el dólar subió su cuota porcentual de 30.51 a 42.66, mientras que el euro bajó su cuota porcentual de 49.66 a 39.15. Si se suman los datos del mercado de bonos a corto y a largo plazos, surgen dos fenómenos interesantes: 1) El dólar aventaja claramente al euro, y 2) El dólar ha venido, por añadidura, arrebatando terreno al euro. Esto es consistente con el planteamiento de Cohen (2012, pp. 1-2) en el sentido de que: 1) El status del dólar no se ha visto amenazado por el euro, toda vez que la eurozona adolece de severas deficiencias estructurales que, en lo fundamental, constituyen un impedimento para que el euro trascienda el ámbito regional, y 2) En plena crisis económica global, los agentes de mercado buscaron refugio en el dólar (esto es, en los bonos denominados en dólares, particularmente, en los bonos del Tesoro estadounidense) y no tanto en el euro. En el cuadro 4 se aprecia la importancia relativa de las diferentes monedas en las reservas internacionales de los bancos centrales, a todo lo largo del período 2002-2015. Los datos presentados revisten un carácter indicativo debido a que, durante el período referido, únicamente 61.18% de los bancos centrales proporcionaron información precisa sobre la composición de sus reservas por moneda de denominación. No obstante, el predominio del dólar estadounidense queda de manifiesto al considerar que su participación en las reservas oficiales de los bancos centrales ha promediado 63.74% durante el período 2002-2015, en tanto que el euro se ha quedado muy atrás con un promedio de 24.53%. Este dato refleja la importancia del dólar como moneda de intervención; es decir, como la moneda empleada por los bancos centrales para influir en los tipos de cambio vía quema y acumulación de reservas internacionales. Con respecto a las tendencias observadas, se constata que el euro aumentó su participación entre 2002 y 2009, pero a partir de ese año la moneda única ha venido retrocediendo casi de manera ininterrumpida. El terreno cedido por el euro parece haber sido capturado por el yen japonés, la libra esterlina y, sobre todo, por “otras monedas” como el dólar australiano y canadiense que, en años recientes, han estado avanzando de manera consistente en el rubro concernido. En este contexto, el euro no sólo no constituye una amenaza para el dólar estadounidense sino que su desventaja frente a esta moneda ha crecido paulatinamente en años recientes.